CREDO

Estas son las bases de nuestra fe

En tanto que cristianos evangélicos, aceptamos la Revelación de Dios único en tres personas (Padre, Hijo y Espíritu Santo) dada en las Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamento, y confesamos la fe histórica del Evangelio que se proclama en sus páginas. Afirmamos, por consiguiente, las doctrinas que consideramos decisivas para comprender la fe y que deben expresarse en amor, en el servicio cristiano práctico y en la proclamación del Evangelio son las siguientes:

  • Creemos en la soberanía y la gracia de Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo en la creación, la providencia, la revelación, la redención y el juicio final (Deuteronomio 6.4; Mateo 28.19).
  • Creemos en la divina inspiración de la Sagrada Escritura en sus documentos originales y, por consiguiente, su credibilidad total y su suprema autoridad en todo lo que atañe a la fe y a la conducta (2ª Timoteo 3.16; Pedro 1.21).
  • Creemos en la deidad de nuestro Señor Jesucristo, su concepción virginal, su vida sin pecado, sus milagros, su muerte redentora y vicaria, su resurrección corporal, su ascensión, su obra mediadora y su regreso corporal en poder y gloria. (Juan 1.1-2;Mateo 1.18; Hebreos 4.15; Romanos 4.25; Timoteo 3.16; Tesalonicenses 4.13-17; Mateo 24.30).
  • Creemos en la pecaminosidad universal y la culpabilidad del hombre caído que acarrea la ira de Dios y la condenación (Romanos 3.23; Juan 5.24).
  • Creemos en el sacrificio vicario del Hijo de Dios encarnado, único fundamento suficiente de redención de la culpabilidad y del poder del pecado, así como de sus consecuencias eternas (Romanos 3:24-26; Filipenses 2:5-11).
  • Creemos en la justificación del pecador solamente por la gracia de Dios, por medio de la fe en Cristo crucificado y resucitado de los muertos (Romanos 1.16; 3.24-26; Hechos 4.12; Tito 3.5; Gálatas 3.22).
  • Creemos en la obra de Dios el Espíritu Santo que ilumina, regenera, mora en el creyente y le santifica (Juan 7.37-39; 16.8-11; Romanos 8.14-15; Corintios 12.1).
  • Creemos en el sacerdocio de todos los creyentes, que en la unidad del Espíritu Santo, constituyen la Iglesia universal, el Cuerpo del cual Cristo es la Cabeza, comprometidos por el mandamiento de su Señor a la proclamación del Evangelio en todo el mundo (Efesios 4.3-6,15-16; Corintios 12.13).
  • Creemos en la resurrección corporal, tanto de los salvados como de los perdidos. Los unos para vida eterna y los otros para condenación eterna. (1ª Corintios 15.51-53; Juan 5.28-29; Apocalipsis 20.11-15)
  • Creemos en la esperanza del retorno visible de nuestro Señor Jesucristo en poder y gloria y la consumación del Reino de Dios (Apocalipsis 1:7-8).
  • Creemos que la meta de cada cristiano es crecer en madurez espiritual por medio de la obediencia a la Palabra de Dios y por el Espíritu Santo que habita en él (Efesios 4:13-24; 2ª Corintios 4:16-18).